Cuando nos encontramos ante la reforma de la cocina hay un sinfín de elementos que hemos de tener en cuenta. Nos habremos de decantar por unos materiales u otros en función muchas veces del resto de componentes. A la hora de cambiar el fregadero puede parecer que ello es de lo más sencillo pero también exige una decisión. El acero inoxidable es una opción muy interesante para un fregadero de cocina, ya que se limpia fácil y rápidamente y tiene un aspecto muy profesional. Al tiempo que es muy higiénico y duradero.
Pero una vez superadas las dudas relacionadas con su diseño: de un seno o de dos, encastrado o sobrepuesto; debe basar su decisión de compra en otros factores menos obvios que afectan a la relación calidad/precio. Obviamente para ello hay que recurrir a los consejos de los expertos. A continuación se los exponemos resumidos en cinco puntos.
Una de las características importantes a la hora de elegir un modelo determinado de fregadero hemos de informarnos de su grosor. El espesor de la plancha de acero inoxidable con la que se ha fabricado el modelo nos dará una muestra de su calidad. Cuando golpeamos con los nudillos el fregadero hará más ruido cuanto más fina sea la plancha con la que se ha fabricado.
La profundidad del seno también es una cuestión a tener en cuenta aunque sólo sea en términos de ergonomía. Un fregadero con poca profundidad hará que el agua salpique fuera, además será incómodo para fregar. Un fregadero demasiado profundo, sobre todo si es encastrable, nos puede producir molestias de espalda cuando estemos fregando la vajilla.
Ver si en la parte exterior del fregadero, la que quedará encastrada en la encimera, dispone de algún tipo de recubrimiento que pueda ayudar a evitar el excesivo ruido que pueda hacer el agua o los objetos que introduzcamos en el fregadero. Estos recubrimientos también sirven para evitar la condensación de agua sobre la superficie exterior del fregadero, la que quedará dentro del armario.
La calidad del acero, obviamente, es un factor imponderable a la hora de escoger entre un fregadero u otro. El mejor acero inoxidable para hacer un fregadero es el de la serie 300, también conocido como tipo 304, es un acero muy maleable y fácil de soldar. Además de muy resistente a la corrosión. Una de sus características es ser amagnético, aunque no hay que fiarse en exceso pues el acero de la serie 200 también es amagnético y en cambio su resistencia a la corrosión es mucho menor. También es importante que sea acero 18/8 o sea que tenga esos porcentajes de cromo y níquel para que resulte resistente a las manchas. El molibdeno se introduce en las aleaciones de acero para aumentar su resistencia a la corrosión por picado o por rendija.
Cuando hablamos de fregaderos encastrables también hay que tener en cuenta dónde está situado el desagüe en el seno. Si está situado en la parte de atrás dejará más espacio usable en el armario inferior de la cocina. Al tiempo que deja más espacio útil de uso en el propio interior del seno del fregadero.
Fotos: thisoldhouse.com