Ocio, trabajo y residencia, son las tres funciones para las que ha sido diseñado este pequeño apartamento en el Upper West Side de Nueva York. El espacio con que cuenta el apartamento es muy limitado, 42 metros cuadrados, pero a pesar de ello se ha podido crear un entorno donde el propietario puede trabajar, vivir y pasar unos buenos momentos de entretenimiento sin salir de casa.

Esta original oficina fue desarrolla por Michael Chen y Kari Anderson de Normal Projects y gracias al ingenio resolvieron el serio problema de espacio que planteaba el diminuto apartamento. La supresión de la mayor parte de las paredes del apartamento y la concentración de la cocina, un armario, un bar, una cama y una oficina en un módulo polivalente de color azul lacado situado en el centro de la habitación consiguió maximizar el espacio y la funcionalidad de la vivienda.

Los paneles metálicos perforados, con los que está dotado el módulo polivalente en la zona de oficina permiten aligerar visualmente el módulo azul. Al poder ver a través del panel la sensación de aislamiento se reduce considerablemente.

Los módulos de este tipo son una buena opción tanto para apartamentos pequeños, donde permiten agrupar todas las necesidades de los habitantes en unos pocos metros cuadrados, como para lofts en los que ayudan a concentrar en un punto determinado distintas funcionalidades, dejando el resto del espacio abierto. Generalmente se diseñan a medida en función del espacio disponible y las necesidades particulares de los habitantes de la casa.

Fotos: dwell.com

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