Como accesorios decorativos, los espejos son tan útiles como atractivos. Su máxima virtud es que potencian la luz, proyectándola dentro de los espacios en los que están colocados. Un espejo, además de belleza, amplía las dimensiones de una habitación y mejora el espacio al proyectar reflejos por toda la estancia.
Son pocos los que se resisten a colocar un espejo de grandes dimensiones presidiando la chimenea o una pared en la sala de estar. Este es uno de los usos más habituales que les damos a los espejos, pero no los únicos. Existen muchas otras posibilidades, a cual más sugerente y eficaz para jugar con el espacio y la luz, iluminando con ellos la vivienda.
Llenar la pared de espejos idénticos es un recurso que añade mucho estilo y crea bellas estampadas en las paredes.
También el uso de espejos paralelos, en este caso «trillizos» (imagen superior), aporta un estilo único y hace que nos desmarquemos de las habituales propuestas.
Hay tantísimos modelos de espejos que podemos elegir múltiples opciones. Todas ellas van a aportar algo determinado, desde un juego de luz sutil a un increíble efecto de amplitud en el espacio.
Podemos elegir espejos circulares con marcos carismáticos, espejos vintage, espejos rectangulares, mini espejos, espejos de gran formato…
Pueden decorar la pared de una habitación o bien saludarnos con su luz desde una puerta, un armario o una ventana.
E incluso desde una escalera, creando este precioso efecto:
Los espejos no pueden faltar en el baño como utilísimo complemento, no sólo decorativo.
E incluso hay quienes prefieren colocar espejos en el techo, creando una decoración aún más original.
Los espejos son grandes aliados decorativos. No dejéis de usarlos para darle volumen a las estancias y añadir preciosos efectos desde cualquier rincón donde los situéis.
Fotos: pinterest.com