Los lunares siempre me han resultado alegres y divertidos, tal vez porque los asocio de inmediato con la Feria de Abril de Sevilla y los clásicos vestidos que lucen las sevillanas. Feria que por cierto celebraron los sevillanos y miles de visitantes más justo la semana pasada. Como veremos a continuación se puede decorar con lunares de muchas formas y en distintos estilos.
Decorar con lunares no es más que crear un patrón de círculos de distinto color que el fondo y ello se puede conseguir de muchas formas. Aquí por ejemplo tenemos unos lunares en diferentes colores que no siguen un patrón regular de color ni de dispersión. Se logra con ello darle un aire moderno y rompedor a la estancia.
También tenemos el patrón clásico en el que los lunares se distribuyen uniforme y simétricamente. En este caso en cambio se consigue darle un aire actual al ser los lunares de gran tamaño.
Y para los amantes del minimalismo también se puede decorar con lunares en blanco y negro como vemos en la imagen superior.
En las habitaciones infantiles, donde el color es tan importante, es una forma de introducirlo de forma fácil y divertida creando lunares de distinto tamaño y color.
Tampoco es necesario recubrir toda una pared, sólo con una parte de ella y si como aquí los relacionamos con un mueble o un detalle arquitectónico conseguiremos ese aire burbujeante que resulta tan actual.
La decoración con lunares en blanco y negro permite romper esa uniformidad que caracteriza a los estilos nórdicos, da un toque desenfadado a la excesiva seriedad que suele caracterizar a estos estilos.
Un ejemplo de decoración desenfadada, los lunares son de papel y se han pegado sobre una pared de ladrillos pintados. Se convierten en un punto de atracción muy interesante y fácilmente reversible.
Estos lunares que representan las distintas facetas de la Luna son muy originales y quedarán perfectos en cualquier ambiente.
Las habitaciones infantiles son un campo perfecto para decorar con este recurso y usando tanto el tamaño como la conformación que queramos.
Y no sólo se reduce el uso a las paredes sino que podemos usar complementos decorativos que los incorporen y así probamos el efecto de forma fácil y sencilla, sin arriesgar nada.
Dormitorios e incluso cuartos de baño pueden ser decorados con lunares, pocas estancias de la casa estarán a salvo de estos atrevidos colaboradores.
Los textiles también son una excelente manera de introducir los lunares en una decoración. Tanto en ropa de cama como en tapicerías, cortinas y demás. La ropa de cama por ejemplo es una buena forma de experimentar para ver si estos simpáticos puntos encajan en nuestra decoración.
Desde un simple cuadro a una pared entera pasando por textiles varios, los lunares son una manera divertida, fácil y desenfadada de cambiar cualquier decoración sin tener que recurrir a grandes transformaciones.