Con detalles vintage y un look fascinante, este apartamento ubicado en la ciudad sueca de Skåne es un buen exponente de cómo explorar el estilo nórdico a fondo. Amplio y acogedor, la vivienda basa todo su potencial en un contraste de colores que crea un efecto muy enriquecedor en cada estancia.
Al blanco y al negro que predominan en la decoración se unen matices en gris en los distintos accesorios que conforman las habitaciones. Cada mueble y cada accesorio decorativo no está ahí por casualidad; se nota que la decoración está mimada, muy pensada, y el efecto final muy logrado.
Está todo lo que el estilo escandinavo propone para crear una vivienda acogedora: el uso del blanco para potenciar la luz, los interiores espaciosos y con un aspecto minimalista, detalles vintage que se incorporan con naturalidad a los espacios… todo ello se integra perfectamente con ese contraste cromático buscado, dando lugar a un nórdico mucho más ecléctico.
Se aprovecha la altitud de los techos y de los ventanales para fomentar la iluminación natural, al mismo tiempo que se enriquecen los espacios con una decoración elegante y naturalista. El contraste de colores blanco-negro propone un juego dual que se acopla perfectamente al ecosistema de esta vivienda.
Un lugar único y cálido pese a la aparente desnudez de los espacios, bellísimos gracias a esa base en color blanco que refuerza la sensación de paz que se respira en esta casa.
Fotos: thedesignerpad.com