Una base decorativa siguiendo los cánones del más puro escandinavo permite idear a partir de ésta una fusión de estilos de lo más atractiva. Es lo que se ha hecho en este apartamento localizado en Estocolmo, Suecia, cuna de este inconfundible arte.
Para crear un estilo mucho más personalizado partiendo del escandinavo se han utilizado distintas tendencias: clasicismo, aires provenzales y matices de estilo pop-art que, superpuestos y combinados entre sí, hacen del interiorismo de esta vivienda algo digno de estudio.
Al blanco del escandinavo típico se suma una paleta de colores exquisita: desde la calidez y romanticismo de los tonos rojos, rosas y violetas, hasta el expresionismo del naranja, la belleza del verde y la sobriedad del gris o del negro. Todos ellos conforman un cuadro pictórico que hace del luminoso interior de este apartamento un lugar ideal para el día a día.
El pop-art se aprecia en los distintos detalles que se dejan ver en cada espacio: un objeto pop, una imagen de cine… En el salón encontramos un cuadro modernista presidiendo la pared. Los detalles provenzales los encontramos en la exquisitez de los centros florales y el acabado de algunos muebles, por ejemplo esas bellas sillas de la cocina, o en la propia vajilla, con el sello de Provenza en su acabado.
En el resto de la vivienda se aprecia un pequeño cambio estilístico hacia un aire más romántico, desde la suavidad del papel de pared hasta el bello cabecero del dormitorio.
Pero el verdadero encanto romántico nos espera casi al final, en su espectacular balcón, tan acogedor por sus increíbles vistas hacia el puerto como por su decoración tan cálida y confortable. Una casita que reúne lo mejor de todas las tendencias, las hace suyas y las transforma en delicados interiores.
Fotos: magzmagz.com
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