El estilo funky brilla con luz propia en este apartamento moderno y urbano, lleno de luz y colorido. Una casa que trae alegría a todo aquel que la visita y que recupera el espíritu de divertirse decorando el interior del hogar. ¿Pero cuáles son las características que hacen de éste un estilo tan particular? Vamos a verlo.
El mobiliario es moderno y sencillo, generalmente piezas de pocas trazas con algún destello ‘retro’, pero donde prima básicamente la comodidad. La paleta de colores elegida es amplia, desde los tonos más grises hasta amarillos, rosas, rojos, verdes y azules, en un amalgama psicodélico que recupera lo mejor de décadas pasadas.
Urbanita cien por cien, el estilo funky se recrea en esos detalles tan personales como fotografías y láminas que representan los aspectos más destacados de la vida moderna. Al funky le gusta la moda y eso se nota, tanto en el dinamismo de los colores como en la presencia constante de elementos visuales que recuerdan a los graffitis de cualquier ciudad.
«Orden y desorden» podría ser otro lema característico de este estilo. Abundan los objetos repartidos por las estancias, conformando un universo propio donde un pequeño caos intrínseco nos arrastra a fijarnos en estos mínimos detalles que generan tanta curiosidad como diversión.
Al colorido estilo arco-iris hay que sumar cierto gusto por lo ecléctico, es decir, por introducir elementos más propios de otros estilos como sillitas de madera, muebles de corte más contemporáneo, detalles vintage… Moverse por este apartamento funky es como dar un refrescante paseo por la ciudad cualquier día soleado.
Fotos: modernarchitecturecenter.com