Este original apartamento está situado en la planta superior de un edificio georgiano situado en Notting Hill, Londres. La arquitecta Johanna Molineus ha diseñado y decorado este encantador apartamento para convertirlo en su hogar.
El color de fondo, el blanco, le confiere un aire nórdico y un a modo de lienzo sobre el que mostrar exquisitos muebles y colecciones.
La fantástica colección de textiles asiáticos y centroamericanos de la arquitecta es renovada varias veces al año. Es ésta una gran forma de dotar de personalidad a una decoración.
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El apartamento se compone de un espacio abierto y bien iluminado que se usa como sala de estar, comedor y zona de trabajo. Un espacio polivalente en el que destacan algunos muebles clásicos y lámparas de mediados del siglo pasado, obras clásicas de Marcel Breuer y Arne Jacobsen.
La luz se convierte gracias a la blancura inmaculada del espacio y el tono claro de la madera del parquet en un elemento clave en la decoración de este apartamento.
Madera, piedra y una albura infinita son un magnífico marco para cualquier decoración. El contraste del color de los textiles se convierte en un gran aliciente.
La cocina sigue el mismo tono predominante. La blancura es un buen fondo para la plata y el acero de los complementos decorativos.
La habitación, casi espartana, también es un espacio de gran sencillez. El punto de color se deja para la ropa de cama, las cortinas y algún textil más.
El cuarto de baño no podía ser menos y también es un espacio blanco y luminoso. Sólo una de las paredes se ha pintado en azul para aportarle más carácter a la pieza.