Los cactus, de la familia de las cactáceas, son unas plantas especiales, no sólo por su peculiar aspecto físico, sino por las propiedades que se le suelen atribuir. Por ejemplo, se dice que los cactus son capaces de absorber las radiaciones emitidas por los aparatos electrónicos, entre ellos el ordenador, por ello no es raro ver en las oficinas unos cuantos repartidos por distintos rincones. También en casa pueden ser un elemento de adorno interesante, gracias a su propia fisonomía, alejada del aspecto frágil y delicado de otras plantas y flores. Los encontrarás de muy distintos tamaños: más pequeños, para ordenar en estanterías y centros decorativos; si son más grandes, sitúalos junto a otras plantas de interior; crearán un buen conjunto.
Según el feng shui, si colocamos cactus en el interior del hogar no deben sumar números impares ni estar situados muy cerca de las puertas de entrada, ya que las espinas que los cubren representan energías agresivas. Si hacemos caso a estos consejos, lo mejor es tener cactus sin espinas, o con espinas pero dejándolos en terrazas, balcones y jardines, al aire libre. Del mismo modo, si tienes niños vigila que no toquen las espinas, pues son especialmente duras y afiladas, así que hay que procurar mantenerlos alejados de los mismos y que no los toquen.
Los cactus precisan de mucha luz y calor, pero poca agua, dada su tendencia a florecer en pleno desierto. La textura de su piel es muy gruesa, y el verde de su tronco y sus brazos de un tono realmente llamativo.
Los distintos tipos de cactus que existen dan mucha personalidad al hogar. Desde los más pequeños, redondeados, a los clásicos alargados, con brazos. Además, la mayoría de ellos florecen: sus flores son de colores vivos, desde el malva, al amarillo, rojo o fucsia, grandes y muy bonitas.
Fotos: blogs.ua.es; decorarossa.com; decoracion.in; allposters.com.ar; utilisima.com; mas.es.
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Me encantó esta página, muy instructiva, muchas ideas. Gracias por compartir.