El bienestar que desprende la «Casa Zen», cuyo nombre no puede ser más oportuno, es evidente. Con un interior reforzado en madera clara, esta casa está diseñada para favorecer un estilo de vida tranquilo en un entorno medioambiental inigualable.
«Casa Zen» está construida en lo alto de una colina, rodeada por una bella vegetación. Algunas de sus maravillosas vistas se adivinan a través de las ventanas. El interior ha sido decorado para mantener ese estado de belleza, como una prologación del bello paraje en el que se encuentra edificada.
Es una vivienda de dos alturas, con una impresionante terraza con jardín y piscina en el piso superior. Este recinto se comunica con la cocina, una bellísima superficie en el que la madera y el mimbre se erigen como los dos elementos estrella de esta estancia.
El salón tampoco pasa desapercibido: es una estancia amplia, con una decoración sobria en blanco y gris que destaca sobre la pureza de la madera. Crea un interior muy acogedor, como transmiten las imágenes. La pequeña escalera de madera conduce al piso superior, donde se encuentran el dormitorio y el cuarto de baño, además de ese bonito jardín al que no le falta de nada para crear un espacio de relax.
El dormitorio sigue los preceptos de la filosofía oriental en su manera de decorar: escaso mobiliario y cama baja, casi a ras del suelo. La suave inclinación del techo realza la sensación de ser este un espacio para el retiro y el descanso.
Todo decorado «muy zen», como no podía ser menos en esta preciosa casa hecha para perderse una temporada.
Fotos: zainteriora.net