El color para un restaurante debe escogerse cuidadosamente, dado que es la base de todo el marketing y la marca del restaurante. Es fundamental considerar como deseas que se sientan tus invitados mientras comen en tu restaurante, dado que los colores tienen una gran influencia.
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Los colores cálidos, incluidos los naranjas, los amarillos y los rojos, poseen un mayor impacto en el incremento del apetito de una persona. Pero es fundamenta que sepas que no todas las tonalidades de amarillo, naranja y rojo son iguales.
Los tonos apagados como el amarillo toscano, el rojo granate y el naranja terracota son perfectos para un restaurante. Evita tonos demasiado vibrantes, pues podrían llegar a irritar y alentar de manera inconsciente a los clientes a que se apresuren.
Los amarillos y los naranjas son estupendos para añadirle alegría a una cafetería o un restaurante de comida rápida. El verde es otro color popular para los restaurantes, pero los tonos apagados son los mejores. Las paredes y los acentos verdes denotan salud y naturaleza y combinan muy bien con el naranja y el marrón. Es el ideal para una tienda de sándwiches o un lugar de comida vegetariana, pero, no ha de funcionar en una carnicería ni en un bar.
Los colores que no han de funcionar en un restaurante son el morado y el azul, y esto se debe a que no hay muchos alimentos naturalmente azules y los que existen se tiñen para atraer a los niños, por ejemplo. Esto ocurre también con el violeta. Por tanto, si deseas usarlos, hazlo con moderación.
El negro, el beige, el blanco, el gris y el marrón son tonos excelentes para agregar en la decoración de un restaurante, ya sea como acento, como colores predominantes, etcétera.
Si no estás seguro de qué colores representan mejor la marca de tu restaurante, invierte en trabajar con un diseñador de interiores.