Sea cual sea el estilo elegido para decorar el salón, una de las máximas es hacer de esta zona de la casa un lugar confortable. No en vano éste es el espacio más indicado para el ocio y el descanso y para pasarlo con familia y amigos. ¿Cómo conseguir ese espacio de confort? Escoger los materiales y accesorios más cómodos, llenar de luz la habitación, elegir una buena combinación de colores y evitar las estridencias son algunos pasos, para empezar.
Apostar por la sencillez es otro de los valores asegurados: un espacio con el mínimo mobiliario, pero donde no falten mullidos cojines, lugares para reposar las piernas, asientos cómodos y que permitan adoptar posturas descansadas son otra serie de pasos básicos para acertar y hacer del salón un lugar único para pasar el tiempo.
Independientemente del estilo, no se debe recargar visualmente la sala. Pocos objetos, pero que hagan de este lugar un espacio cómodo, con su estilo personalizado, serán suficientes. El color blanco como base también es un clásico muy usado, pero siempre infalible. A este tono le podemos superponer otros, ya sean éstos cálidos o fríos.
Mesas de líneas simples y rectangulares, cestitas de mimbre, alfombras de suave pelaje, jarrones con flores… no hay que dejar a un lado este tipo de accesorios que ayudan a crear ambiente y lo alegran con pequeñas piezas visuales.
Atendiendo a esta necesidad de crear un espacio cómodo, también se puede optar por el uso de muebles canapé, asientos a ras de suelo, colchones modernos, puffs, sillones de múltiples plazas… En ese caso, las mesas auxiliares deberán ser de la misma altura, para evitar desplazamientos incómodos que rompan con esa sensación de confortabilidad única.
Fotos: viahouse.com ; rustikchateaux