Subir y bajar escaleras puede volverse muy peligroso para una persona mayor, una embarazada o cualquier persona que tenga la movilidad limitada. Cada año, millones sufren algún tipo de accidente doméstico, lo que resulta en miles de muertes o en ingresos a emergencias por lesiones por caídas. Una de cada cinco caídas provoca una lesión en la cabeza o huesos rotos y las mujeres, quienes se caen con más frecuencia que los hombres, suelen fracturarse la cadera. Por tal motivo, es fundamental adaptar nuestro entorno para mejorar la accesibilidad.
Las sillas salvaescaleras son una excelente forma de disminuir el riesgo de caídas y permite que cualquier persona con movilidad limitada pueda moverse por el hogar de forma segura mientras mantiene su autonomía. Vivir en casa sin la asistencia de otra persona puede no ser posible para muchos, sobre todo para los adultos mayores. No obstante, millones de personas están aprendiendo a vivir de manera independiente gracias a los dispositivos de movilidad.
Una silla salvaescaleras es un dispositivo motorizado que permite a las personas sentarse para subir y bajar por un tramo de escaleras. Esta a su vez se combina con un sistema personalizado de barandillas o riel que mueve la silla de forma segura y silenciosa.
Gracias al carril o vía, se conecta directamente a las escaleras y permite que el asiento suba y baje por las mismas. Lo más habitual es encontrarnos con dos tipos de rieles: rectos y curvos. Los rectos son ideales para las escaleras tradicionales y los curvos, para las que giran.
El motor que está en el chasis de la silla salvaescaleras hace que los engranajes giren y, cuando lo hacen, la silla empieza a moverse.
Si las escaleras te impiden usar un nivel superior o si estás pensando en mudarte a otra casa, considera una silla salvaescaleras.