La operación de lijado se aplica a diversos fines: para alisar superficies de yeso, para rebajar y dar buena terminación a la madera, o para dejar áspera una superficie a fin de hacerla porosa para que se impregne bien un determinado material.
Es necesario conocer sus secretos para poder realizar un buen trabajo y lograr acabados lo más perfectos posibles.
Aquí algunos tips que te serán muy útiles, para que te animes a hacer tu misma/ o el trabajo y renueves tu decoración:
- Puedes lijar a mano o bien con máquinas lijadoras. Estas últimas son útiles cuando las superficies a pulir son grandes. De lo contrario, conviene hacer un lijado a mano, sobre todo en los rincones y las uniones.
- Es conveniente que vayas graduando el grosor del papel del lija: se comienza con uno grueso y se termina con uno fino.
- En la madera debes lijar siempre en el sentida y dirección de la veta.
- Para hacer más ágil la tarea, más parejo el lijado y que se cansen menos tus dedos, debes colocar la hoja de lija alrededor de un taco rectangular (de por lo menos 2 centímetros de alto) de madera, de corcho u otro material compacto.
- Según la superficie que vayas a pulir se usa papel del lija al agua (que se puede mojar) o del trandicional, para seco. Existen con óxido de aluminio y también coin carburo de silicona (éste puedes utilizarlo con agua).
- Si no tienes una máquina lijadora podrás usar el taladro con un accesorio para lijar o pegarale a un disco de goma un trozo entero de lija, que debes ir cambiando a medida que se desgaste. De todas maneras, el acabado se da siempre a mano y con una lija fina.