Pese a que las alfombras son resistentes, algunas de ellas, dependiendo el área en que las coloques, pueden sufrir varios problemas que acortan su vida útil. Por ello, en esta ocasión, te digo cómo proteger las alfombras de sus peores enemigos. ¡Toma nota!
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La exposición prolongada a la humedad o al agua puede pudrir las fibras de la alfombra, sin importar si se trata de lana, seda o algodón. Asimismo, esto puede invitar a que los insectos las visiten. Por tanto, una vez que laves tu alfombra, tendrás que dejarla secar al aire libre por completo para que no quede nada de humedad.
Por otro lado, no apoyes las macetas directamente sobre la alfombra, ya que esta le transmitiría humedad. Tampoco apoyes la lavadora ni el lavavajillas.
Las polillas o los escarabajos son insectos que podrían causarles muchos problemas a tus alfombras. Si ves polillas dando vuelta en tu habitación, es probable que hayan venido del exterior o de algún lugar de tu casa, por lo que tendrás que revisar los armarios y los cajones. Los escarabajos de las alfombras son pequeños y de color negro o marrón rojizo y se comen las fibras naturales. Intenta no comer ni beber nada dulce que puede llegar a derramarse sobre la alfombra.
Para evitar que los insectos se instalen en tu alfombra, aspírala una vez a la semana y cada dos meses voltéala y aspira también la parte trasera. Asegúrate de barrer y trapear el suelo debajo de la alfombra para que esté limpio y recién cuando este se seque, allí la desenrollas.
Las mascotas son muy bonitas, pero tienden a masticar juguetes sobre la alfombra, lo que puede significar un gran daño en la misma. Los gatos a su vez se rascan sobre la alfombra con sus garras afiladas y esto rompe las fibras. La orina, el vomito y los excrementos pueden decolorar la tela y ya no habría solución. Además, los aromas pueden durar mucho tiempo, pues las fibras los absorben y será difícil eliminarlos. Si percibes que tu mascota ha tenido alguno de estos tres últimos accidentes sobre la alfombra, rocía con agua carbonatada y una solución de vinagre de alcohol y seca con un secador de cabello a distancia y repite hasta que no detectes ningún olor.
Si tu alfombra recibe la luz del sol de forma intensa y prolongada, cierra las ventanas para disminuir la fuerza de los rayos UV que pueden desvanecer los colores de las telas. Otra opción es usar cortinas transparentes para reducir el impacto de la luz solar intensa.
Si algo se ha derramado sobre tu alfombra, ve de inmediato a limpiarlo con un paño limpio y seco hasta que desaparezca por completo. En caso de que se haya derramado vino, jugo o café, rocía con agua carbonatada a temperatura ambiente y seca con una toalla o paño blanco. También puedes usar una solución hecha con agua templada y vinagre de alcohol o blanco. No frotes las manchas para que no se hagan más grandes. Cuando la hayas limpiado, levanta la alfombra y deja que el aire circule a través de ella y se seque por completo antes de bajar.
En caso de que el derrame contenga aceite, espolvorea con harina y presiona con una bolsa de papel marrón durante 20 minutos para que se absorba el aceite. Luego, aspira la harina y seca con un paño limpio y seco. Frota una pequeña cantidad de detergente para platos sobre el derrame, sin añadir agua, y limpia. Repite hasta que el aceite se haya ido por completo.
Usa agua templada con una pizca de detergente para platos y una pizca de vinagre blanco para terminar de limpiarla por completo.