La luz es un factor determinante en la decoración de un hogar. Su intensidad y ubicación influye en la percepción de una habitación, de modo que es imprescindible contar con puntos de luz que iluminen la estancia.
Aunque es preferible que la luz provenga de ventanales y terrazas, ya que recibir luz natural aporta numerosos beneficios para nuestra salud, la luz artificial también juega un papel esencial en el día a día de los inquilinos de una vivienda. Por ello no se puede perder de vista a la hora de dar vida a un hogar.
Existen numerosas lámparas de diferentes estilos, tamaños y colores que pueden servir para adornar e iluminar, desde las versátiles lámparas de techo blancas hasta los focos o las lámparas de pie, increíblemente útiles para los rincones apartados. Pero antes de elegir la lámpara perfecta para nuestro hogar, es preferible tener en cuenta una serie de consejos.
Antes de entrar en cualquier detalle sobre la lámpara, es importante tener en cuenta dónde vamos a ubicar la misma, pues ello determinará el estilo o la forma elegida. Por ejemplo, si buscamos puntos de luz en el propio techo, las lámparas de techo o los focos ofrecen numerosas alternativas. Si, por su parte, buscamos decorar un pequeño rincón demasiado oscuro, las lámparas de mesa o de pie son la mejor opción.
¿Cómo es mi hogar?, ¿qué estilo quiero que tenga? Aunque pueda parecer obvio, muchas personas escogen la iluminación y los adornos dejándose llevar por modas pasajeras o por la imagen de los objetos de manera individual, sin tener en cuenta el estilo del resto de la vivienda o el espacio en el que se va a colocar. Además, este estilo es intransferible, pues cada uno de nosotros es único y diferente.
En la intensidad de la luz juegan un papel importante las bombillas utilizadas y los reguladores de luz. Como hemos mencionado anteriormente, algunos puntos precisan de una luminosidad mayor que otros. Por ejemplo, un despacho o sala de estudio necesita, además de la luz del techo o los focos, una lámpara de mesa que facilite la lectura. A ello se une la intensidad de las bombillas, con un amplio espectro de posibilidades.
Una vez que tenemos clara la ubicación, el estilo y la intensidad, ha llegado el momento de seleccionar las lámparas que mejor se adapten al entorno.
Como su propio nombre indica, las lámparas de techo son aquellas que se sitúan en la parte superior de la estancia. Gracias a esta ubicación, la luz que transmiten ilumina la totalidad del espacio.
Existen numerosos estilos de lámparas de techo. En la actualidad los diseños más vendidos son las lámparas de techo blancas, ya que se trata de un color en tendencia en la decoración interior. No obstante, podemos encontrar materiales diversos y estilos diferenciados.
Con lo que respecta a las formas, algunas lámparas de techo son sencillas, con formas simples que imitan el estilo escandinavo o nórdico. Sin embargo, también encontramos diseños increíblemente modernos, como formas vegetales o lámparas de bambú, y otros más clásicos fabricados a base de vidrio.
Las lámparas de mesa son esenciales y fáciles de transportar, por lo que su elección suele ser más arbitraria que las de las lámparas de techo. A pesar de ello, son puntos de luz que llaman la atención en el diseño interior, por lo que su estilo debe ajustarse a la personalidad del hogar.
Los estilos de las lámparas de mesa son muy variados, incluyendo flexos (de diferentes colores), lámparas de noche, pantallas y faroles o LED. Estos últimos se han convertido en best-sellers gracias a su estilo industrial.
Al igual que las lámparas de mesa, estas lámparas pueden transportarse de una estancia a otra. Por esta razón son una apuesta sencilla para aquellos hogares que necesitan más luz. Pero, a diferencia de las anteriores, las lámparas de pie son increíblemente luminosas, ya que no solo se centran un punto de iluminación.
En cuanto a los estilos, en el mercado existen lámparas de pie para todos los gustos: de lectura, de arco, pantallas de tela o diseños sencillos e industriales, entre otros. La mayoría de ellas encaja fácilmente en cualquier decoración.
Aunque no son lo mismo, los plafones, apliques y focos se asemejan en su ubicación, pues se colocan directamente en la pared o techo de los hogares. Al no tener pantallas, su luz abarca todos los puntos del hogar y, al mismo tiempo, ahorran espacio.
Aunque muchas personas piensan que estas lámparas están diseñadas para los hogares con una decoración minimalista o industrial, lo cierto es que existen apliques, plafones y focos de tendencias variadas. Un ejemplo de ello serían los focos que imitan a los focos de cine, así como los que están pintados con colores cálidos como dorados u ocres.