Bien sabido es que todos aquellos que ya tienen su casa o su piso en un momento u otro deberán encarar reformas y arreglos. Porque como toda propiedad, requerirá de trabajos de mantenimiento, pero también de otros más grandes para adaptarla a nuestros gustos y necesidades.
Tener nuestro propio espacio es mucho más que mudarnos y usarla para dormir. Vivir en ella requiere que esté lo mejor posible no sólo desde el punto de vista estético lo cual de por sí ya es sumamente importante. Sino también desde el punto de vista funcional y estructural.
Ya sea que hayamos comprado nuestra casa o piso, hayamos recibido una herencia o sea una propiedad temporal que nos ofrecen para nuestra familia deberemos ocuparnos de ella. Y como toda tarea requiere de tiempo, planificación y dinero ¡sin él no podremos hacer nada!
Quienes tienen la posibilidad y capacidad financiera para ahorrar y afrontar los gastos de su propio bolsillo, quizás sientan que tienen una cosa menos de la cuál ocuparse. Pero pensar en tomar un préstamo para decorar o hacer refacciones o reformas puede no ser una mala idea. Para qué vamos a de usar el dinero que tenemos ahorrado si podemos financiarnos calculando nuestra cuota y ajustándonos a lo que podríamos pagar con toda comodidad. Pero también es algo que debemos tener en cuenta, especialmente, cuando no contamos con la cantidad de dinero necesaria para nuestras reformas planeadas.
¿Hace falta cambiar la cocina, reformar el baño o redecorar la habitación y el living? Hay que aprovechar este inicio de año y ponernos manos a la obra con ello. Porque podremos aprovechar todo otro tipo de préstamos que hagan falta y comenzar a cumplir con todas nuestras metas y arreglos que hace tanto tiempo queremos hacer.
Para hacer cualquier clase de reforma o refacción, debemos plantearnos lo que queremos lograr en el espacio, qué estilo nos gustaría que tuviera y comenzar a planificar un presupuesto. Siempre les decimos que pedir ayuda a un buen profesional para planificar las reformas, materiales y que nos ayude con las futuras compras es importante. Sobre todo si pensamos hacer algunos de los trabajos por nuestra cuenta. No debemos encarar algo sobre lo que no tenemos una buena idea acabada para no perder dinero.
Cuando nuestra reforma o refacción ya esté definida en estilo, materiales, trabajos necesarios… en fin, con un buen presupuesto podremos centrarnos en pedir el préstamo que necesitamos. El que se adapte mejor a nuestras necesidades y posibilidades. Y en Cetelem podremos encontrarlo fácilmente.
Ya sea para una reforma completa o para dedicarnos a cambiar la decoración de las estancias de nuestra casa… todos nuestros proyectos tendrán su opción y adecuada a nuestra medida.
Por ejemplo, esa cocina que siempre soñamos… Es momento de definir lo que queremos, hacer un relevamiento con un profesional para ver qué clase de refacciones necesitamos. Tomar una decisión respecto de estilo, materiales necesarios, tiempos necesarios para los trabajos y así ¡tener nuestro presupuesto para comenzar! Parece mucho… pero verán que al final del día no lo es.
Si hay una cosa que debo mencionarles es que si los trabajos de reforma o refacción requieren que abandonemos nuestra casa por algunos días o semanas, es algo que debemos incluir en nuestro presupuesto y tenerlo muy presente. Especialmente si tenemos pequeños o personas mayores. Tratemos de que los trabajos no afecten la armonía y rutinas familiares para que todos podamos disfrutar de la mejor manera del proceso y el maravilloso resultado final.
¿Qué dicen? ¿Están listos para hacer esa nueva reforma? ¡Manos a la obra!