Durante años y años, generaciones casi, la cortina de ducha ha sido compañera inseparable de los cuartos de baño. Una presencia en ocasiones incómoda y casi siempre falta de elegancia. Luego aparecieron las mamparas de baño, mucho más prácticas, pero seguían sin acabar de encajar en la decoración de los baños.
Más tarde comenzamos a ver cuartos de baño diseñados con la ducha abierta o con barreras mínimas, sólo orientadas a evitar inundaciones. Quien ha tenido oportunidad de usar una de estas duchas y experimentar la libertad de movimiento que otorgan, ya no se plantea otra manera mejor de darse una ducha.
La ducha abierta ha de tener en cuenta ciertas cuestiones relacionadas con la gravedad y la física de los fluidos, la cortina y otros paramentos no sólo tienen la función de ocultar nuestra desnudez sino que también tienen la importante misión de evitar que el resto del baño se bañe con nosotros. Por ello cuestiones como el nivelado del suelo y la caída del agua pasan a tener una gran importancia. Es fundamental que el agua caiga perpendicular al suelo y no de forma angulada como suele ocurrir en las duchas tradicionales.
Otros recursos interesantes para evitar las inundaciones a causa de la ducha son los suelos irregulares, las paredes, ya sean completas hasta el techo o pequeños muretes y los acristalados que no rompen la continuidad visual y evitan que se salga el agua.
Si se plantea una reforma completa del cuarto de baño y quiere que le instalen una ducha abierta, no hay problema, los profesionales del ramo ya conocen ampliamente este tipo de baños y le harán un buen trabajo para dejar el suelo con un nivelado adecuado. Nivelado del suelo y número de desagües son las sencillas bases para que una ducha abierta no se convierta en un río desbordado.
Pero si sólo va a cambiar la ducha sin meterse en obras para modificar el nivel del suelo, mejor que se decante por una mampara de cristal transparente. Le resolverá la cuestión visual y no tendrá problemas con el agua.
Fotos: decoist.com