No es muy habitual encontrarse interiores decorados en rosa, sin embargo, es una opción muy atractiva para renovar la vivienda y darle un aspecto más dinámico. Tradicionalmente, el rosa se asocia con lo femenino o se utiliza para ensalzar el aspecto romántico de los espacios. Huyendo un poco de este estereotipo, vamos a descubrir cómo el rosa puede ser protagonista de espacios modernos, aportando una energía única en el ambiente, especialmente en algunas de sus gamas más eléctricas.
Modernismo y minimalismo son los dos conceptos que alberga este salón de vanguardia. Un espacio lleno de luz, donde el blanco aporta la sobriedad suficiente para no saturar.
El rosa fucsia de este salón funciona como un color dinamizador que llena de fuerza el entorno. Si nos fijamos, apenas hay elementos decorativos y toda la base del diseño descansa en la abundancia del color. Es una de las características de los ambientes más modernos, donde el espacio se construye por medio de elementos muy sencillos.
El rosa y el negro funcionan siempre como una combinación muy factible para interiores donde se quiera crear cierta sofisticación. También tiene un halo romántico, aunque en este caso poco edulcorado.
La combinación de varios colores funciona muy bien en este otro ejemplo: blanco, gris, rosa salmón y rosa fucsia para un pequeño estudio diáfano con aspecto juvenil. La sobriedad que aportan los tonos primarios queda contrastada a la perfección por la viveza del rosa.
El rosa también puede modernizar el baño con un resultado fascinante, como los de estas dos últimas propuestas, dos espacios contemporáneos con un diseño visual sorprendente que a más de uno reconciliará con este color.
Fotos: funiture trendzona; gardenhomeplans.com.