En materia de colores se recomienda utilizar tonos claros como el blanco o el beige para las paredes. En el caso de que se deseen colores más vivos como el granate, el marrón o el azul se deben limitar a zonas de vigilia como el saló. En la oficina los tonos madera claros resultarán muy acogedores. No obstante, en el caso de que se desee pintar una habitación, oficina o comedor en tonos intensos es recomendable recurrir a la tendencia, actualmente, en alza de pintar una sola pared del color vivo que corresponda con la cabecera de la cama, la pared en la que está apoyado el sofá o detrás del escritorio. De este modo, se gozará de un estético contraste de colores y no alterará el flujo de energía ya que lo que se observará en el momento del descanso será el color claro del resto de paredes.
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