El ritmo de las ciudades modernas y cómo están organizadas han obligado a cambiar el estilo de vida. El jardín, que históricamente era un lugar casi tan importante como la misma residencia, han ido desapareciendo al mismo tiempo que las ciudades crecían.
En sustitución de este pequeño espacio natural, las casas y pisos se han llenado de plantas naturales que intentan recuperar e imitar la idea de jardín. No debemos olvidar que formamos parte de la naturaleza y que la relación con ella nos resulta beneficiosa. Por esta razón, dejaremos que las plantas formen parte de nuestra vida: ellas nos lo agradecerán invadiendo de colores y aromas los rincones de nuestro hogar.
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