A veces sólo es necesario un detalle para renovar un living o un dormitorio, hacerlos más vistosos o darles un valor añadido. Con gusto y un poco de imaginación podemos transformar una estancia sosa en un lugar mucho más agradable.
Cambiar las cortinas y combinarlas con unos cojines con motivos florales y coloridos hace de este salón, de colores neutros y grises, un rincón alegre donde relajarse. En este caso la tonalidad elegida ha sido el fucsia, aunque también hubiera podido combinar un malva o rojo, cualquiera que contrastara.
Si lo que tenemos es una pared totalmente desnuda, poseemos un lienzo en blanco en el que plasmar cualquier cosa que imaginemos. En este caso un vinilo en forma de árbol, y unos platos antiguos rescatados a modo de hojas han sido suficientes para darle personalidad a este rincón sin hacerle perder su estilo original.
En cualquier mueble rústico, podemos colocar unas velas en tiestos de barro, o unos ramos de flores secas, como espliego o lavanda, que añadirán un toque campestre.
Las láminas botánicas también tienen bastante encanto si las colocamos junto a un aparador de aires románticos.
Otras láminas que podemos aprovechar son las ornitológicas, rescatándolas de antiguos manuales o enciclopedias. En este caso se ha conjuntado con una máquina de escribir y unos mapas también antiguos.