Si de lo que se trata es de decorar el dormitorio para que éste sea un espacio orientado hacia el descanso, estas propuestas pueden ayudar a ello. Se trata de tomar este concepto como base principal y decorar siguiendo unas pautas fundamentales: armonía, cierta simetría y elementos prácticos.
Para empezar, debemos tener en cuenta que un dormitorio que invite al descanso tenderá a guardar una simetría y una armonía en la disposición de los muebles y de otros elementos que lo constituyen. Un mobiliario ordenado y práctico, que muestre un espacio recogido, nos dará una sensación más liviana que una habitación donde apenas haya espacio libre.
Los colores son otro aspecto importante. Una gama de colores suaves y reposados estimulará esa idea de invitación al descanso, logrando un entorno sumamente relajado. Superficies rectangulares, espacios diáfanos y una armonía entre los elementos que pueblan la habitación garantiza un entorno óptimo de descanso. Si los colores son de una gama más fuerte, debemos optar por las superficies amplias y rectangulares, con poco mobiliario donde impere lo práctico.
En cuanto a la cama, elemento principal de este escenario de retiro, entran en juego diversos factores. Además de un colchón cómodo que satisfaga nuestras necesidades de descanso, es importante que, si hay cabecero, guarde un equilibrio con la propia cama. Huir de los barroquismos y optar por materiales clásicos como la caoba, un material con mucha presencia, nos aportará lo que buscamos. Podemos adornar con alguna tela vaporosa, lámparas que aporten focos de luz laterales y decoraciones florales que alegren el dormitorio.
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