El dormitorio es un espacio que tiene siempre un carácter especial, es la zona privada por antonomasia, el lugar más íntimo del hogar. El dormitorio debe ser la habitación de la casa que transmita más tranquilidad ya que es donde pasamos un tercio de nuestra vida, el tercio más delicado y que precisa más calma. En el dormitorio precisamos sentirnos no sólo cómodos sino también tranquilos y protegidos.
La pantalla de tela de la lámpara, el cabecero de la cama en terciopelo y la alfombra de pelo largo aportan calidez y suavidad a este dormitorio. La ropa de cama blanca y el cobertor de alpaca color berenjena confieren a este dormitorio la apariencia de habitación de hotel boutique.
Delicados motivos de pájaros sobre el papel pintado, un reflejo metálico que recubre la estructura de la cama y la lámpara marroquí de fino oro mate hacen brillar este dormitorio que sin ellos sería monócroma. El busto de mosaico en oro blanca, espectacular y atrevido, es el único elemento que realmente reluce en toda la habitación.
Una cómoda habitación dispuesta para atravesar el más duro invierno con su piel de oveja dispuesta sobre la alfombra de sisal. La pantalla de la lámpara tricotada en lana y con el cordón del cable en color rojo da el toque de atención en este dormitorio principal. Las fundas de las almohadas siguen el tema marcado por la lámpara. Una habitación cálida y sosegada.
Un dormitorio en el corazón de la naturaleza. Como cabecero el bosque que va mostrando distintas facetas según las estaciones. La madera y el sisal, el mundo vegetal inflitrado en el propio dormitorio.
Como si de la habitación de un hotel chic se tratara este dormitorio decorado en blanco tiene como atracción principal la gran ventana en arco. El gran sillón y la mesa de centro sobre una alfombra mullida crean un pequeño espacio de confort y retiro justo a los pies de la cama.
El color blanco obra milagros, como hacer espaciosa esta habitación a pesar de tener el techo tan bajo. Por otra parte el techo y el suelo de madera crean una sensación de acogimiento muy gratificante. El juego de líneas, las del techo, las del suelo y las de la cama producen un efecto de entrecruzamiento que se refleja con el cobertor de grandes cuadros.
Un dormitorio muy relajante en tonos pálidos pero frescos. La cama situada entre dos ventanas, el cuadro y la lámpara del techo situados en el centro. Excesiva simetría que se trata de paliar con las lámparas y las mesitas de noche diferentes.
Fotos: maisonetdemeure.com