No he podido resistirme a mostraros este trabajo realizado en Holanda por dos estudios de arquitectos, Rietveld Landscape y Atelier de Lyon. Todo se basa en el encargo del DLG, el ente público que se dedica al control y cuidado de las aguas y tierras en Holanda. Este trabajo, debido a la carga histórica de este búnker, me parece de un simbolismo casi poético. Inutilizar una construcción dedicada a la guerra siempre tiene un toque de rebeldía, de aspiración a un mundo nuevo y mejor, donde las líneas defensivas ya no sean necesarias.
El búnker 599 formaba parte desde 1815 hasta 1940 de la línea defensiva de Holanda, consistía en una red de pequeños embalses que posibilitaban la inundación de una gran franja de terreno en caso de conflicto bélico, estaba destinada a proteger las ciudades de Muiden, Utrecht, Vreeswijk y Gorinchem. El búnker estaba destinado a la protección del embalse. Obviamente la fecha del cese de este sistema de defensa, 1940, es significativa, cuando Alemania invadió Holanda, esta barrera acuática no sirvió de nada.
Con seguridad ahora, tras el trabajo de estos arquitectos, el búnker tenga más significado que nunca, situado sobre una elevación del terreno se puede tener una panorámica muy especial de la llanura holandesa.
Con este corte transversal se puede apreciar además el modo de construcción de estos elementos defensivos propios de la guerra. Enormes cantidades de hormigón usadas para no se sabe bien qué, cuando en ocasiones el pueblo ni siquiera tiene acceso a ese material. Me gusta ese camino trazado a través del búnker, dice tantas cosas.
La imagen es única, la idea soberbia, ojalá pudiéramos hacer lo mismo con las armas, los cuarteles y las murallas que separan a la humanidad por la voluntad de unos pocos.
Fotos: archdaily.com