El estilismo interior de esta cabaña retoma lo mejor de varios estilos, empezando por el rústico, si bien éste no tiene por qué ser un estilo imprescindible. Pero qué duda cabe que enseguida tendemos a asociar mentalmente lo rústico con una casa de campo.
Acompañan a este estilo otros más clásicos e incluso con un leve toque marinero, como se aprecia en la decoración del propio salón y de otras estancias decoradas en tonos pastel, lo que realza el aspecto interior de calma, aspecto informal y tranquilidad que esta casa transmite.
Lo primero que hay que destacar es la luminosidad interior: grandes ventanales, puertas y ventanas abiertas para que entre la luz en condiciones, inundando de luz cada rincón y creando un clima cálido y otoñal.
El mobiliario destaca por el uso abundante de madera robusta. Se juega también con distintas texturas, como telas. Lo vintage también es otro recurso típico de este tipo de casas, donde abundan las reliquias y antigüedades: marcos con relieve, objetos decorativos de cerámica como platos y ánforas. Todo ellos ayuda a constituir un universo propio que nos devuelve a un clima de otros tiempos, lejos de la modernidad de la ciudad.
En la cocina encontramos un diseño inspirado en lo victoriano, con superficies cuadradas y rectangulares y abundancia de un azul de la gama pastel, muy propio de aquella época.
Fotos: interiorholic.com
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