El
estilo escandinavo es característico por el abundante color blanco y la funcionalidad del mobiliario. A éste, podemos añadirle detalles coloridos, piezas de
estilo vintage, para dar un carácter especial a cualquier estancia.
Un
papel pintado de motivos coloridos cambia por completo un living que sólo tenía colores neutros. Si a esto le añadimos un
sillón Luis XVI con un tapizado retro, tenemos como resultado un salón vital para nada soso.
Un paseo por un anticuario puede resolvernos el comedor. Nadie dijo que todas las sillas tenían que ser iguales, así que podemos rescatar algunas restauradas de diferentes maderas y formas, y disponerlas alrededor de una mesa blanca de estilo clásico. Todo un acierto.
En el dormitorio también podemos dar un
toque vintage. Aquí, una colcha de
estampados retro muy colorida y una alfombra de pelo negra forman una combinación perfecta y destacan en el fondo blanco. También lugar podríamos haber sustituido la discreta lámpara de techo por una de araña de cristales de colores.
El hueco bajo una escalera se transforma para crear un espacio donde almacenar y dejar los paraguas con mucho estilo. Para ello han bastado un cubo de acero galvanizado y un armario de oficina metálico. Destaca el contraste del blanco con el negro de la barandilla y las flores secas.
Fotos: decoracion.in