Lo que comenzó simplemente como una suave brisa proveniente del Norte se ha transformado en una ráfaga decorativa que ha teñido todo de color blanco, como así también de materiales naturales y de luz. Y… sí, estamos hablando del estilo nórdico, una tendencia decorativa que no pasa de moda.
Por si no lo sabías, este estilo ha perdurado por más de 10 años y hoy en día sigue estando vigente. El secreto de su éxito son sus características y, a continuación, te las dejamos.
Una de las características del estilo nórdico es multiplicar la luz a toda costa, por lo que quedan prohibidas las telas en cortinas. De hecho, en las casas nórdicas suelen verse los ventanales desnudos. Los colores oscuros en paredes, muebles y suelos no son habituales.
El color blanco siempre debe estar presente en el estilo nórdico, tanto en los muebles, como en las paredes, en el suelo y en los complementos. Agrega toques de color mediante los complementos las lámparas, los textiles y los cuadros. Puedes incluso combinar el blanco con el negro.
Presente no solo en los suelos, sino también en los muebles, en las paredes y en todo tipo de complementos. En el estilo nórdico la madera a utilizar debe ser clara como el abedul o el pino.
Utiliza muebles sencillos para lograr un ambiente espacioso y armonioso. Usa pocas piezas pero que sean funcionales. Este salón comedor pese a que cuenta con una gran repisa, un sofá y una mesa con sillas no se ve sobrecargado.
Usa plantas y materiales naturales como el algodón, el lino y la lana en cojines, mantas, sofá., etcétera. Envuélvete en texturas abrigadas e incluso anímate a los estampados con motivos geométricos como los rectángulos y los rombos. Al estilo nórdico le fascina la filosofía DIY, así que anímate a crear una manta de patchwork o unos cojines tejidos a crochet. Lo artesanal nunca pasa de moda.
Recuerda agregar fotos familiares, cuadros, fotos de viajes, velas, etcétera. Si sigues al pie de la letra estos consejos podrás crear una atmósfera envolvente y cálida.