La elegancia del shabby chic se deja descubrir en estas propuestas de interiores repletos de bellos matices decorativos. Este estilo permite usar una amplia paleta de colores y combinarla según nuestro gusto personal, si bien en esta ocasión nos vamos a centrar en tres colores que juntos o por separado dulcifican e iluminan los interiores del hogar. Nos referimos al rosa, el blanco y el azul.
El rosa es un color muy femenino y recurrente en los hogares donde el shabby chic es la tendencia dominante. Con apenas unas pocas pinceladas, pero sin llegar a abusar de esta paleta de color, se puede decorar un salón con mucho estilo, tal y como vemos en la imagen superior. Es también el color propio de las flores, por ello se deja ver tanto en los estampados, cojines y alfombras, decorados con estos motivos tan primaverales.
Escritorio azul, butaca rosa y alfombra del mismo color recrean un ambiente de época, muy barroco y seductor. Shabby chic en estado puro (imagen superior). A continuación vemos este precioso salón en gamas de azul y un poco de blanco. Los elementos vintage en dorado, unidos al relajante azul, configuran un espacio muy acogedor y cálido.
También en la cocina, en el colorido de paredes y cacharros de vajilla, estos tonos ponen la nota de color. El shabby chic es un estilo muy hogareño, como estamos viendo.
He aquí unas propuestas para el dormitorio. La primera también más barroca, para estancias que recuerdan a épocas pasadas. El rosa fucsia y la claridad del azul predominan sobre el cubrecama. También hay detalles en color oro que le dan un aspecto muy suntuoso a la habitación.
Esta otra habitación, en cambio, se muestra mucho más sencilla. Una base en blanco sobre la que el azul y el rosa en sus gamas más suaves se abren paso por este dormitorio infantil que parece sacado de un cuento de hadas. Y es que el shabby chic es así, en algunos aspectos evoca mundos de fantasía, ¿no os parece?
Fotos: vissbiz.com