El farol constituye el sistema de iluminación externa más empleado. Su interior puede albergar una bombilla o una vela. Dependerá del modelo y del tipo de iluminación que estemos buscando. Pero lo cierto es que la luz que emana de estos faroles es tan magnética como hipnótica, y construye unas atmósferas llenas de evocaciones, penumbras y sugerentes sombras. Nos marcan el camino en la oscuridad, iluminando los obstáculos, o resaltan esos rincones que enseguida se llenan de tinieblas cuando cae la noche.
Cada modelo de farol posee distintas cualidades que lo hacen especial: faroles de cristal que guardan en su interior una tenue llama, lamparillas que llenan de una luz intensa y firme el exterior de la vivienda, diseños decorados con relieves que transmiten un resplandor de luciérnaga… cada rincón requiere un tipo distinto de iluminación y cada farol responde a esta necesidad de un modo diferente.
Los faroles de inspiración artesanal, construidos en madera, presentan todo el encanto de otra época. Los de metal son los más adecuados para poner velas en su interior. Son frescos y elegantes, muy apropiados también para centros de mesa. Los de estilo marroquí, de madera o metal, llenos de celosías, poseen una personalidad única.
En cuanto a la forma, los podemos encontrar hexagonales, rectangulares, redondos… de mil formas distintas, algunos de ellos para llevar en la mano e ir alumbrando el camino a los demás. Ideas para alumbrar tu casa y tu jardín de un modo tan económico como práctico.
Fotos: stardust.com ; whippedstyle.com ; ecvv.com ; allhomedecors.com ; theinteriorco.co.uk.