El Feng Shui nos enseña a vivir en armonía con nuestro entorno, lo cual puede parecer que no tiene nada que ver con las habitaciones infantiles, siempre tan caóticas ellas. Pero es posible echar mano del Feng Shui para habitaciones infantiles al igual que para cualquier otra estancia, simplemente hay que concentrarse en sus características típicas y las de sus habitantes.
Normalmente las habitaciones infantiles son estancias polivalentes que no sólo se usan para dormir sino también para jugar, estudiar y como almacenamiento de juguetes y objetos propios de los pequeños.
Lo primero que nos debe preocupar es que la habitación transmita calma y para ello hemos de crear un ambiente relajado. Comenzaremos por el color que es lo más sencillo y tiene una enorme influencia en el estado de ánimo. Como generalmente hay muchos objetos de colores intensos en una habitación infantil hemos de pintarla en un tono suave o neutro que rebaje el tono general.
El Feng Shui no es un conocimiento oculto o esotérico sino una forma de vivir de la manera más práctica posible. Es importante tener previstas las incidencias típicas que suelen acontecer en una habitación infantil. Colocar una funda protectora en el colchón, tener preparados pañales y cubos para las diversas incidencias típicas de la infancia también entran dentro de este conocimiento que lo único que pretende es crear un espacio agradable para vivir.
La colocación de la cama es un punto fundamental para el Feng Shui de una habitación. Debe quedar con la cabecera contra una pared, jamás bajo la ventana, y en una posición longitudinal respecto a la puerta de entrada.
Otro punto fundamental en el Feng Shui de una habitación es el flujo de energía o Chi. El desorden evita que la energía fluya correctamente y el único remedio es mantener la habitación ordenada, algo difícil en una habitación infantil pero no imposible y además muy deseable.
El dormitorio de un niño debe ser un refugio acogedor además de muchas otras funciones. Y debe ser agradable para los cinco sentidos, alfombras suaves y tejidos esponjosos para que resulten agradables al tacto, una caja de música, una lámpara con luz suave, cosas que hagan que el niño se sienta relajado y a gusto en su habitación.
Se denomina Sha Chi a todo aquello que resulta desagradable y contrario al Feng Shui. Aquí podemos incluir el desorden, la suciedad y todas aquellos objetos y situaciones que puedan resultar peligrosas. En el Feng Shui no se considera que los móviles colgantes sean adecuados y se prefiere instalar un espejo al lado de dónde solemos cambiar al bebé para que se divierta y aprenda a colaborar.
En la cultura occidental solemos diferenciar de manera exagerada la decoración de las habitaciones infantiles dependiendo del sexo del bebé. El Feng Shui enseña también a equilibrar lo masculino y lo femenino en una habitación como reflejo del equilibrio del ying y el yang. Es fácil conseguirlo usando una buena combinación de materiales duros y blandos que representan ambos polos.
Hay que mantener la tecnología fuera de la habitación de los niños, televisión, ordenador y demás aparatos eléctricos crean campos electromagnéticos que no resultan nada aconsejables para ninguna habitación y menos para la de los pequeños.
Tampoco es cuestión de obsesionarse con cumplir extrictamente con las normas del Feng Shui, a pesar de todo su finalidad es mejorar la calidad de vida y no estresarnos con el cumplimiento de sus reglas. Hemos de tomarlo como guía para ir mejorando poco a poco la habitación de nuestros pequeños para que se sientan a gusto y disfruten lo máximo de ella.
Fotos: Pinterest.com