Una forma de ver la decoración que se mantuvo en diferentes estilos es ocultar todo lo posible la estructura, la construcción y cómo está hecho un edificio. Se trata de disimular “las imperfecciones” que son naturales en los materiales de construcción, además de otorgarle al espacio una ambientación independientemente de cómo haya sido la obra.
En la otra cara de la moneda tenemos los estilos que usan la construcción como parte íntegra del edificio. Esto lo vemos claramente en estilos de decoración como el industrial, en el que se tenían que dejar al descubierto elementos constructivos para ahorrar dinero. En los estilos de decoración moderno y minimalista no vemos las paredes tan desnudas, pero ya no se disimulan tanto.
Lo curioso es que en estos tres estilos (no son los únicos) se busca un acabado limpio. El microcemento y el hormigón impreso son dos de las técnicas que quedan muy bien para estas decoraciones en las que la construcción no se esconde y tampoco es el foco de atención.
En el medio de esta tendencia, los propietarios y diseñadores tienen cada día más alternativas para llevar a cabo sus proyectos de decoración. Entre los fabricantes está MyRevest, cuya apuesta se centra en revestimientos decorativos con un enfoque elegante y limpio para crear espacios con una mejor calidad de vida.
En realidad, fue una solución que se comenzó a implementar por razones económicas. El microcemento es simplemente una aleación de cemento con partículas finas y pigmentos capaces de darle diferentes colores. El resultado es una pasta versátil que se aplica con la mano y puede ir sobre todo tipo de superficies.
Lo más típico es que se busque un acabado muy liso en las paredes y el suelo. Es una base sólida y discreta con una gran cantidad de posibilidades. Esto da pie a que se exploten estilos interesantes como el industrial, en el que muchas veces ni siquiera se pintan las superficies y hasta podría quedar desnuda una pared de ladrillos.
También se puede optar por acabados más finos y discretos, con una terminación completamente limpia. Este es el caso del minimalismo, en donde priman las líneas rectas y la falta de decoración y elementos innecesarios, de manera que se realce la utilidad de los espacios.
Este material es también muy flexible porque queda bien en casi cualquier espacio con un poco de planificación. Se puede mandar a fabricar con acabados más brillantes o mates, además de elegir diferentes colores. Lo más convencional podría ser un acabado mate en gris, pero es una buena oportunidad para encontrar algo más personalizado como un rojo satinado.
Es otra opción asequible en materia de decoración, pero con unos resultados increíbles. Sustituye colocar piedras y cerámica, con un resultado muy parecido. Es una técnica que consiste en estampar y texturizar el hormigón fresco con moldes para dar un acabado interesante.
Se trata de un pavimento de bajo espesor como el microcemento, por lo que también es fácil de moldear y se puede usar en paredes. Es gracias a esto que da, con la aplicación correcta, imita de manera fidedigna piedra, ladrillos, baldosas y hasta la madera. Y esto es con todas las ventajas de utilizar hormigón.
Es un material resistente al desgaste del paso del tiempo y a golpes, además de no sucumbir a los agentes climáticos. El mantenimiento es bastan básico: apenas renovar el barniz cada año para los suelos por los que pasan coches con frecuencia, al menos si se busca mantener ese acabado.
Son características que se suelen buscar en construcciones rápidas y de bajo mantenimiento porque no se sacrifica la calidad del acabado. Más bien, se usan las propiedades del hormigón de una forma interesante para un resultado limpio y bastante bonito.
La aplicación del hormigón impreso también es muy llamativa. Se hace en poco tiempo por un precio competitivo, se reproduce prácticamente cualquier material en diferentes acabados y texturas y no es necesario un gran equipo.