El hormigón desarrollado por el Grupo de Tecnología de Estructuras de la Universitat Politècnica de Catalunya – BarcelonaTech (UPC) hace posible la vida microbiológica en las fachadas. Este hormigón patentado se compone de tres capas que permiten y favorecen el crecimiento de organismos biológicos tales como microalgas, hongos, musgos y líquenes, que no sólo pueden dar al edificio un aspecto verde, sino también mejorar sus condiciones térmicas y reducir las emisiones de CO2 en la atmósfera.
La estructura física de este hormigón se distribuye en una base impermeable y dos capas más, una que proporciona las condiciones propicias al desarrollo de los organismos microbiológicos y otra que tiene capacidad para retener humedad. Cuando se piensa en fachadas verdes los jardines verticales vienen a la mente pero los investigadores dicen que lo que diferencia al hormigón bio de otros sistemas como los jardines verticales es que es una parte integral de la construcción o de la fachada. No hay necesidad de contenedores para el crecimiento de plantas ya que es el propio hormigón el soporte.
Aunque el hormigón bio está aún en fase de investigación y todavía no comercializa, la patente para el concepto está en proceso y hay interés en producir el hormigón biológico por alguna empresa del sector. Mientras tanto, los investigadores están buscando una manera de acelerar el crecimiento natural de los organismos para que se tarde menos de un año en conseguir una fachada verde. Este es un concepto interesante e innovador que definitivamente tiene sus ventajas sobre un jardín vertical. La colonización de musgos y líquenes, así como otros organismos biológicos puede ser diseñado y no hay ningún proceso de instalación adicional necesaria. El hormigón biológico puede ser utilizado además en varias áreas, desde fachadas hasta jardines ya que su superficie puede recibir diferentes acabados de color y forma.
Fotos: interiorholic.com