El wabi sabi hace referencia a un complejo concepto japonés muy relacionado con el Budismo Zen, se le podría calificar de «Zen de las cosas» y como muchos de los conceptos propios de la cultura japonesa es difícilmente trasladable a nuestro sistema racional de entender el mundo. Se dice que el wabi sabi es a la cultura japonesa lo mismo que los ideales griegos de belleza y perfección para los occidentales.
En decoración de interiores se podría confundir el wabi sabi como una especie de minimalismo japonés pero va mucho más allá. La estética wabi sabi es sobria y aústera pero se entrelaza con la belleza de lo imperfecto y la evidente marca del tiempo.
A efectos prácticos la estética wabi sabi se traduce en el uso de materiales naturales en acabados poco refinados o primitivos y en el uso de colores terrosos, grises y verdes.
Trasladar la idea del wabi sabi a una vivienda occidental puede ser una tarea difícil e incluso incómoda. Si pretendemos decorar toda la casa en dicho estilo, otra cosa será crear o más bien recrear el wabi sabi en una estancia determinada.
Los objetos rústicos, los muebles de madera simples y sin artificios, con notables marcas de desgaste por el uso y el paso del tiempo son la base para una decoración inspirada en el wabi sabi.
En ocasiones podemos encontrar inspiraciones y ejemplos en los que se combinan objetos usados con otros nuevos pero inspirados en esa estética. No será ya un wabi sabi puro pero puede tener su encanto.
Lo imperfecto tiene también mucha importancia en el wabi sabi pues transmite la idea budista de que la perfección no existe en este mundo.
Bien, inspirándonos en este esotérico concepto japonés podemos crear la decoración de un pequeño espacio tanto como la de toda una estancia o incluso toda la casa.
Hemos visto salas de estar y habitaciones pero también el baño puede decorarse siguiendo la inspiración del wabi sabi. Aunque tal vez unir muebles y objetos ajados con griferías tecnológicas resulte una idea poco respetuosa con la estética wabi sabi.
Lo mismo podríamos decir del uso del acero y el hormigón, pues no son desde luego materiales propios del wabi sabi. Pero con una visión ecléctica y moderna podemos incluirlas dentro de esa peculira visión estética.
Una cocina inspirada en la estética wabi sabi también será un espacio muy particular cargado de personalidad y bastante alejado de lo que tenemos por actual.
Creo, humildemente, que lo más importante que nos puede aportar la estética wabi sabi a nuestra cultura occidental es un cambio de punto de vista. Sosiego y aprender a mirar las cosas con otra perspectiva, que aceptemos la transitoriedad de lo que somos y de lo que nos rodea. Aprender a ver la belleza de la sencillez y el encanto de la marca del tiempo sobre los objetos.
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