La habitación de los invitados suele ser la última en ser decorada, es algo totalmente lógico y natural, pues antes hemos de atender a las necesidades de la familia que convive en la casa. Pero ello no significa que debamos armarla de cualquier manera. Al contrario, aunque posterguemos su decoración por razones económicas cuando lo hagamos hemos de estar atentos a una serie de cuestiones.
Tanto si la vamos a dedicar sólo para el uso de nuestros invitados como si la vamos a usar para admitir huéspedes, la habitación debe ser una continudad de la vivienda. No podemos crear un espacio aséptico e impersonal como si se tratase de la habitación de un hotel. Debe seguir el estilo de la casa aunque obviamente con un menor grado de personalización. Será interesante optar por los tonos neutros y relajantes que puedan servir para todo tipo de personas.
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