Desde una sencilla cena con nuestra pareja, una comida con los amigos o cualquier celebración familiar; con velas, flores y algunos complementos podemos cambiar el aire cotidiano de nuestro hogar. La luz cálida que proyectan las velas, así como las sombras y recortes de luz que podemos idear contribuirán a que el ambiente habitual de nuestra casa se transforme en una atmósfera romántica y casi mágica.
Unos sencillos frascos de cristal se convierten en elegantes candelabros con sólo añadir agua y unos lazos realizados con tallos secos de hierbas.
Flores sencillas como estas margaritas mini colocadas en un bote de cristal con un poco de arena y un lazo de cuerda de fibras vegetales. Los frascos podemos reciclarlos, pueden ser de cualquier procedencia conservas, alimentos infantiles, salsas…
Páginas de libros viejos, partituras musicales o fotocopias de ambos con recortes como este romántico corazón servirán de pantallas para nuestras lámparas.
Rodajas de limón, pomelo o naranja con su aspecto geométrico y su color embellecen estos sencillos recipientes.
Blondas de papel atadas con cordeles y una correcta elección de las flores te desvían la atención del austero bote de conserva.
En el jardín o en el recibidor de la casa, unas viejas botas pueden servir de originales floreros. En su interior pondremos botellas de agua de dos litros cortadas por la parte superior.
Dos vasos de cristal traslúcido de distintos tamaños colocados uno dentro del otro y rellenamos el espacio entre los dos con agua coloreada. Encendemos una vela en el interior del vaso pequeño y efecto que conseguimos es sencillamente genial.
Botes de conservas bien bruñidos y con un lazo de hierba fresca dan un aire de sencilla rusticidad. Con materiales simples y económicos y una gran dosis de paciencia, esfuerzo e imaginación podemos conseguir unos resultados espectaculares.
Vía: Creatively