Continuando con la iluminación alternativa que podemos emplear para nuestra casa, encontramos peculiaridades como las lámparas de aceite o las de sal, y algunas ideas retro, como la iluminación con neones.
Algunas de las primeras lámparas utilizadas por el hombre fueron las de aceite. Para ello empleaban una piedra como recipiente y la llenaban de grasa animal o de aceite vegetal, que a su vez podía extraerse de la oliva o de los frutos secos. Rellenando el interior de este artefacto con un poco de musgo se lograba una mecha que prendía el mismo aceite, mientras lo iba absorbiendo.
En la actualidad podemos emplear este tipo de lámparas para terrazas o patios, o en interiores, siempre que queramos crear ambientes tenues e íntimos.
Este diseño más moderno, por ejemplo, es una «chimenea de mesa» realizada con aceite. Se trata de dos troncos de acero inoxidable unidos sobre una base de pizarra. Un pequeño conjunto escultórico que permite ser transportado a cualquier lugar de la vivienda, con la máxima garantía de seguridad.
Los neones, por su parte, evocan lo mejor de la década dorada de los Ochenta. Ambientes rockeros e iluminación kitsch son lo que nos ofrecen diseños tan originales como el de esta lámpara de neones apilados y multicolores.
En cuanto a las lámparas de sal, son realmente curiosas. Provienen del Himalaya y se realizan como una artesanía local, mediante la cual se perfora el interior de la piedra y se introduce una diminuta lámpara incandescente. Este mecanismo aprovecha las propiedades ópticas del mineral para transmitir la luz, consiguiendo una iluminación increíble, muy empleada en la filosofía meditativa.
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