El estilo escandinavo sigue siendo uno de los estilos más apreciados por los amantes de la decoración y del interiorismo. Una tendencia que permite crear interiores de ensueño, algunos tan increíbles como los de esta luminosa residencia de verano privada construida en un claro de una zona boscosa de Noruega.
Lo que vemos en su interior son espacios amplios, rodeados por ventanales que crean una perspectiva única del entorno, un precioso paisaje junto a un lago al que se puede acceder desde un muelle colindante a la vivienda.
Todo está decorado con los habituales recursos del escandinavo más puro: minimalismo, mobiliario de madera natural con una base en blanco, y todo ello estilizado con un toque romántico en sus distintos accesorios, muchos de ellos de reminiscencias orientales, como una figura budista o centros de mesa florales.
En la cocina, donde la madera clara sirve de mínimo contraste a un espacio casi al completo en blanco, vemos detalles muy distintos, desde un candelabro barroco hasta la belleza de sus techos y suelos, entarimados también en madera blanca.
El comedor es un espacio constituido por completo en blanco, con asientos clásicos combinados con otros de estilo más retro. Todo ello introduce una perspectiva más ecléctica que enriquece la decoración hasta transformarla en algo mucho más vivo.
En el exterior encontramos una preciosa terraza que reproduce ese minimalismo hasta el límite, pero creando espacios muy acogedores. Es éste un rincón privilegiado desde el que se puede contemplar la belleza del paisaje en toda su plenitud desde la propia barandilla.
Como colofón, estas escaleras que parecen sacada de un cuento nos trasladan hasta el muelle de madera. Una vivienda mágica para disfrutar.
Fotos: desiretoinspire.net