Duplicar objetos o decoraciones en una habitación es una forma de establecer un cierto equilibrio organizativo. Se guarda una simetría que favorece el orden interno y además sirve para resaltar aquellos aspectos más atractivos de la propia decoración.
Es lo que ocurre en este cuarto de baño, donde al duplicar el mismo concepto de lavabo con mueblecito vintage, espejo ovalado y multiplicidad de focos la decoración gana bastante. Al margen de lo útil que pueda resultar disponer de varios muebles con el mismo diseño, se crea una tendencia de gran belleza que realza aún más el estilo de las habitaciones.
En esta segunda propuesta el efecto de duplicar los cojines y cortinas en azul favorece el efecto final. A la sobriedad del beige se le suma las pinceladas en una gama de azul muy bonita, con ese efecto duplicado que tan bien le sienta al salón.
En este caso, se duplica el efecto ondulante y vaporoso de las cortinas, a juego con una colcha de satén. También hay que fijarse en el juego decorativo de la lámpara del techo y sus pequeñas réplicas junto a los lados del cabecero.
En esta ocasión, la duplicidad de elementos es tan exacta que parece haber un espejo por medio. Un mueble en madera de gran belleza, a juego con unos espejos que emiten mucha luz y realzan las paredes. Hay mucho ingenio en estas soluciones decorativas.
En este baño moderno la repetición del mismo conjunto en distintos colores no puede estar más conseguida. Crea un efecto genuino y versátil. El armarito, por sí solo, también podría funcionar en muchos otros estilos decorativos.
Finalmente llegamos a estos modelos. En el primero, se resalta la decoración del cuarto de baño mediante la colocación de dos cuadros de idéntico estilo, porque uno solo puede quedar bien, pero con dos ya ganamos en estilo. Más abajo, una habitación con camas gemelas y espectaculares vistas que nos lleva a adaptar a este recurso decorativo aquella vieja frase: «Lo bueno, si doble (breve), dos veces bueno».
Fotos: denoxa.com; homedsgn.com