El color menta pertenece a la gama más suave del verde y es uno de los tonos pastel más usados en interiorismo y decoración. La suavidad de este tono resulta refrescante, bella y, sobre todo, muy relajante. Es un color genial para decorar esos espacios íntimos de la vivienda como puede ser el cuarto del baño. La armonía que presta a los espacios es absoluta, tal y como os vamos a mostrar en las siguientes propuestas.
Lo más común a la hora de decorar con este color es usar la paleta en tonos menta como pintura para las paredes. Es lo mínimo a la hora de emplear tonos que llegan a transformar por completo un espacio. Combinado con tonos blancos y azules podemos crear un espacio armonioso y delicado.
En esta imagen, vemos cómo el verde menta protagoniza el amplio espacio, iluminando por completo el minimalismo que hay entre sus cuatro paredes:
Pero el color menta puede estar presente en otros muchos lugares, no sólo en paredes, techos y suelos: también puede emplearse en los habituales accesorios y en el mobiliario propios de un baño: estanterías, marcos de espejo, alfombrillas, jarrones decorativos, toallas y toalleros… El color menta, combinado con detalles dorados, da a los espacios un matiz de lo más elegante y majestuoso, subrayado mediante diversos adornos florales:
Otra fórmula para usar el menta en el cuarto de baño es a través de los mosaicos que recubren la pared. También podemos combinarlos con muebles de este mismo color. El verde menta se revela como una opción estupenda para estos espacios, una opción a tener muy en cuenta.
Además, podemos usar el verde menta con colores más cálidos, como el rojo, el naranja o el amarillo. La fuerza de unos colores y la suavidad de nuestro protagonista, supondrá un contraste atractivo y poco habitual en estos espacios.
Por último, la elegancia del verde menta entra en contraste con colores sofisticados (gris y negro), creando espacios tan hermosos y únicos como éste:
Fotos: banodiseno.com ; femaleways.com