Aunque podemos decir que el estilo europeo no es un estilo puro en sí, sí que conforma un amalgama de estilos diversos que se ubican en una misma zona geográfica. Históricamente, nacen de la época victoriana inglesa, el Renacimiento italiano, el Barroco francés y el Clasicismo grecolatino. E incluso puede haber también destacados elementos coloniales en él.
Los puntos en común de todos ellos son un gusto por lo clásico y los interiores naturales con luz. Es habitual encontrar mobiliario construido en madera, superficies rectas y de líneas suaves. Los muebles son, en la mayoría de los casos, los auténticos protagonistas de una habitación concreta. En esta selección de imágenes podemos ver distintos estilos con ciertas características comunes.
Así, pueden coexistir elementos rústicos con otros de carácter más contemporáneo. La paleta de colores elegida oscila entre la claridad del blanco y la fuerza del rojo, pasando por todos los colores intermedios. En el estilo europeo hay orden, cierta simetría y sobriedad. De la Europa del norte proviene la fijación por el minimalismo y los interiores más básicos.
Son interiores muy funcionales, orientados hacia la comodidad y la sencillez propia de las viviendas familiares, donde se busca el orden y lo práctico en el diseño. Se puede recurrir también a algún elemento étnico decorativo, exportado de otros estilos, y fusionar con el propio. El estilo europeo es, en definitiva, un estilo muy ecléctico que se nutre de muchas fuentes, cogiendo lo mejor de todas ellas para crear un espacio personal.
Fotos: homahku.com