Trás las pesadas puertas talladas de un palazzo veneciano se atesoran siglos de historia, belleza y elegancia. Pero también en el exterior podemos apreciar los mismos signos que el paso del tiempo ha escrito en sus fachadas. El misterio del pasado y la elegante belleza de tiempos pretéritos crean un ambiente romántico que puede hacer volar la imaginación de cualquier visitante.
Los palazzos de Venecia son una ventana abierta al pasado, nos permiten vislumbrar el aspecto que debió de tener esta maravillosa ciudad en los siglos pasados cuando los barcos de la República de Venecia surcaban y dominaban el Mediterráneo oriental.
La vieja Venecia ess ahora una perla que todo el mundo quiere ver alguna vez en su vida. Y sus palazzos asomados a los canales más importantes de la ciudad son un recuerdo constante y un componente clave de la belleza de la ciudad.
El interior del palazzo de los Barnabòs fue restaurado en 1951 para recuperar el pasado esplendor del siglo XVIII, la época cumbre de esta construcción. Pero esta familia no ha sido su única propietaria, anteriormente fue de los Malipieros, los Capello y en origen, allá por el siglo X-XI fue la Cà Grande de San Samuel de la familia Soranzo. Mil años de historia de Venecia no son poca cosa.
Y el palazzo no es sólo la vivienda sino también los encantadores jardines que la rodean. Jardines de estilo romántico con húmedos y sombríos recovecos donde disfrutar del sonido del tiempo.
El jardín es una joya por su diseño y la peculiar localización, no olvidemos que se encuentra en el centro de Venecia, entre canales y con un nivel freático muy alto. Es una verdadera proeza cultivar plantas en esas condiciones.
Envidiable poder disfrutar desde este maravilloso jardín del lento paso del tiempo, sentados en esta espléndida terraza y viendo pasar las góndolas y lanchas por el canal.