En decoración contar con un buen fotógrafo es tener una buena parte del trabajo resuelto. Cuando ese fotógrafo no sólo es bueno sino magnífico el trabajo del interiorista se revaloriza exponencialmente. Tengamos en cuenta que la decoración es transmisión de imágenes, el decorador crea algo que físicamente pueden ver unos centenares de personas a lo sumo. Es la fotografía reproducida en revistas y en la red la que va a dar difusión al trabajo del decorador.
Un ambiente recreado con maestría. Contrastes acusados, madera rústica en la mesa y sillas de plástico, preciosas por cierto. La luz de la ventana… genial.
La luz exterior está tratada con tanto cariño que te asombras y te emocionas si tienes alguna sensibilidad fotográfica, por leve que sea. Siren Lauvdal; una fotógrafa noruega especializada en interiores, moda y publicidad; es la autora de estas fotografías magistrales. La recreación de ambientes y el trabajo con la luz son admirables.
En este contraluz imposible nos muestra su poder con la luz. Al tiempo que nos vuelve a sorprender con los contrastes extremados, la butaca de diseño en amarillo y al fondo la pared de ladrillos sin revocar.
La escala de madera como estantería ya está un poco vista. Original el punto de vista de la toma y la composición entre librería y jardinera.
El ambiente bohemio de las anteriores fotografías se torna en esta como un poco más formalista. Aunque siguen destacando las flores, tanto en el jarrón como en la almohada del sofá.
En esta fotografía la vida bohemia se oculta en el aparador, fuera el tiempo la destruye; quedan flores pero ya mezcladas con frasquitos de medicamentos. El tiempo acaba con la juventud, con la bohemia, con la aventura. Al final sólo quedan las medicinas, una foto recordatoria y aquella bata tan atrevida, rescoldo último de nuestra juventud bohemia.
Vía: desire