Llega la vuelta al cole, la vuelta al trabajo, en definitiva, la vuelta a la rutina. Atrás quedan los días de desconexión en la playa y las tardes viendo atardecer desde lo alto de una colina contemplando un horizonte sin fin. Con el regreso, todo vuelve y es ahora cuando nos encontramos en el momento de analizar cuáles son las necesidades que nos urge cubrir, para poder sacar adelante un nuevo curso de estudio, todo un año de proyectos, maquetas, horas frente al ordenador y muchas noches en vela.
Echando un ojo a ese lugar de estudio, debemos replantearnos si es el indicado o si, por el contrario, sólo requiere de una pequeña adaptación para convertirlo en el emplazamiento ideal en el que desempeñar todas nuestras tares con la comodidad necesaria. Por ejemplo, esa mesa que ocupa un espacio estratégico sobre la que se apilonan mil utensilios, la mayoría sin sentido, y en la que, llegado el momento, no encontramos nada. Esa luz artificial que debe iluminarnos, apropiadamente, durante las horas de oscuridad, sin que tengamos que forzar demasiado la vista para realizar nuestro trabajo. ¿O que nos decís de la silla que utilizáis? Son muchas las personas que arriesgan la salud de su espalda haciendo un mal uso de sillas comunes, como sillas adecuadas a esta función, o quienes simplemente, arrastran desde hace años la misma que en su día adquirieron cuando comenzaron sus estudios, en primaria.
Cada época tiene sus cosas. A medida que vamos progresando en el camino, debemos adaptar los utensilios que usamos para recorrerlo a las necesidades reales que éste nos pide a gritos. Es por ello por lo que, llegados a este punto, es muy beneficiario sentar la cabeza y hacer una redecoración de nuestro estudio con muebles modernos, sin gastar demasiado en ello.
Un motivo apremiante es nuestro bienestar. Todo ese desgaste mental que vamos a llevar a cabo durante nuestras horas de estudio o trabajo, tiene su repercusión física a largo plazo. Aunque pueda parecer mentira, una mala postura al encontrarnos recostados en la silla del escritorio, o una mesa que no deja de “bailar” porque tiene uno de los soportes estropeado; llegan a ser las causantes de grandes malestares y dolores durante nuestra etapa adulta.
Comprar una mesa nueva, estable y con la capacidad suficiente para almacenar todo lo indispensable para desarrollar nuestro trabajo; cambiar las bombillas y apostar por unas más efectivas y de bajo consumo, o invertir en sillas de escritorio modernas adaptadas a nuestra faena, con los reposabrazos y las funciones necesarias, así como con todas las posibilidades estéticas del mercado; es un paso muy importante que tenemos que dar para nuestra propia disposición y la de nuestros seres queridos, mayormente, hijos.
Decorar nuestra zona de estudio, además, con mobiliario de calidad y sin gastar por ello mucho, también es posible. A no ser que los muebles que remplacemos sean una auténtica ruina y deban ir directamente a una planta de reciclaje para nuevos usos, existen maneras de ganar un dinero extra con ese mobiliario no útil para nosotros, pero quizás sí para otros: donar, revender… Y gracias a la posibilidades infinitas que dan los recursos tecnológicos de los que disponemos hoy en día, miles de negocios y tiendas, ya no físicas, sino online; nos ofrecen en la red materiales de decoración excepcionales, con descuentos y todas las facilidades de distribución para que no dejemos de lado este importante detalle que nos ayuda en muchos niveles y nos aporta grandes beneficios, tanto para nuestra salud como para la de nuestro mobiliario y, porque nunca viene mal, a ofrecer un cambio de imagen.