El color rojo es, junto al verde y el blanco, uno de los tres colores principales de la Navidad. Está presente en las flores de Pascua y en la vestimenta de Papá Noel / Santa Claus. Pero también simboliza el amor, la pasión y la fuerza. Es un color primario y uno de esos tonos que, a la hora de decorar, nunca pasan desapercibidos, pues imprime calidez y buenas vibraciones a nuestro hogar.
Podemos encontrar el rojo en los dulces típicos de estas fechas, en las velas, en las cintas de envolver regalos, en los calcetines sobre la chimenea, en las bolas que decoran el abeto y hasta en el interior de las copas de la mesa, cuando servimos un buen vino tinto para acompañar las comidas de estos días.
Si estás pensando en hacer con tus propias manos algunos adornos decorativos, ¡compra mucho papel rojo! Contrástalo con colores más neutros y suaves y verás qué bien queda. Podrás realizar magníficas guirnaldas de estrellas y campanas en rojo y blanco. El salón y las escaleras pueden ser los lugares ideales para dar cobijo a farolillos colgantes. Y la mesa puede lucir estupenda con una mantelería roja y centros de flores de este color.
Combinar el color rojo es fácil, pues queda bien con prácticamente todos los demás. Prueba especialmente a unir rojo con blanco, rojo con verde, rojo con tonos plateados y rojo con transparente… rojo siempre, pero en pequeñas dosis, para evitar saturarnos la vista.
¿Qué tiene el rojo que nos gusta tanto?
Fotos: digsdigs.com