Decoración de interiores

El estilo rústico para un recibidor es sinónimo de una bienvenida al hogar muy especial. Decorados con troncos de árbol, ramas, mesas bajas, cestas y otros adornos que confieren a estos espacios un aspecto increíble, si te decides por poner un recibidor en este estilo obtendrás un rincón auténtico, con un encanto muy especial.

Puedes crear este tipo de recibidores con elementos muy dispares, pero todo ellos con un denominador común, y es que están decorados con mucho amor. Recopila antiguos accesorios que tengas por casa, para darle una impresión más auténtica a este lugar. Pocos objetos serán suficientes para configurar un entorno de máxima calidez, y también de lo más práctico, a la hora de dejar allí el calzado, los abrigos, paraguas y otros utensilios que necesitarán estar a mano.

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Los llamados «tonos tierra» representan la esencia de la propia tierra y de la naturaleza. Son, principalmente, tonos tostados, color arena, crema y marrones. Estas gamas nos llevan directamente al corazón de materiales como la madera y a estilos donde lo étnico, rústico y clásico se abren paso con comodidad por estos salones que hoy os proponemos.

Los tonos tierra son una elección muy llamativa y recurrente en decoración. Gracias a ellos se obtienen espacios naturales, que desprenden una elegancia y sensación de confortabilidad de la que es imposible sustraerse. La belleza de estas tonalidades aporta calor y da a los salones una atmósfera especial, muy envolvente. Son salones con un atractivo especial, que emanan magnetismo. Y a ello contribuye una gama de colores ideada para crear espacios sugerentes y singulares.

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Las escaleras en forma de espiral, tradicionalmente conocidas como escaleras de caracol, son un elemento llamativo de la arquitectura de la vivienda y del que también podemos sacar partido. Así, podemos aprovechar esta superficie que conecta dos alturas para poner una nota distintiva en la vivienda y crear un rincón bonito a su alrededor.

En este sentido, por sus características, las escaleras de caracol no permiten mucha maniobra, pero sí que podemos aderezar el espacio periférico que las rodea para situar algunos accesorios que nos permitan darle más vida a esta zona de paso de la casa. Algunas sugerencias que te proponemos son situar plantas, un recurso siempre satisfactorio, además de jarrones, pequeñas esculturas, cuadros y fotografías…

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Dentro del salón o sala de estar, los sofás ocupan gran espacio y protagonismo. Son piezas imprescindibles del mobiliario propio de estas estancias, lugares de descanso que ataviamos de distintas maneras y con distintos materiales, atendiendo un poco a nuestros gustos personales o al presupuesto. Presentamos una opción de lo más atractiva: sofás a todo color. Se acabaron los diseños aburridos y los salones apagados.

El azul puede ser un color básico para el sofá. Resulta elegante y bello y, aunque el azul es un color del espectro frío, si se elige una tonalidad eléctrica dentro de su gama, podemos ganar mucha luz. Pero incluso tonos más apagados de azul pueden propiciar que la sala se vea elegante y muy bonita.

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La estética japonesa evoca simplicidad y serenidad, ello trasladado al dormitorio nos propone un espacio centrado en la tranquilidad y el minimalismo. Lineas rectas y volúmenes bajos que crean ambientes muy relajados propicios por tanto para el descanso y el sueño reparador.

En el estilo japonés la cama debe ser baja lo cual puede chocar un tanto a los occidentales acostumbrados a las camas altas. La verdad es que la altura de las camas ha ido bajando con el tiempo, todos recordamos aquellas altísimas camas de nuestros abuelos. Por tanto en realidad el choque ahora es mucho menor.

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Los viejos recursos decorativos siempre acaban volviendo, en esta ocasión os vamos a hablar de un sencillo recurso decorativo que todavía recuerdo de mi niñez. Seguro que ustedes también tendrán algún recuerdo de esta forma de pintar las paredes, en la vieja casa del pueblo donde vivían sus abuelos es muy posible que se usara este recurso. Las paredes pintadas en dos colores, con la mitad inferior en un color más oscuro y la superior en un tono más claro o en blanco era uno de los recursos más usados en la decoración hasta no hace tantos años.

Este recurso tiene dos vertientes, por una parte añadimos color sin saturar el espacio y favoreciendo la luminosidad de las estancias, por otra parte antaño tenía también la importante función de ahorrar en pintura. La parte inferior de las paredes es siempre la más propensa a ensuciarse por el roce de las personas que viven en la casa, sobre todo los niños, en cambio las partes altas permanecen impolutas durante mucho más tiempo. Se evitaba con eso tener que pintar demasiado a menudo.

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