Cuando decidamos decorar nuestra casa hay dos maneras de hacerlo:
Una. Dar un par de pinceladas ahí y allá -sin mucha preocupación- Y pensar «bueno, ya esta mejor de como la encontré» y sin más, sentirse satisfecha o satisfecho.
Dos. Preocuparse muchísimo más y pensar en cada pieza del puzzle. No solo pintaremos la pared, colgaremos un par de cuadros y elegiremos el color del sofá para que haga juego con lo demás. Sino que cuidaremos hasta el último detalle. ¡Y si, incluido el teléfono!
Y aunque hoy en día -de cada vez- usemos menos los teléfonos de casa y cada vez más los iPhone, HTC o Blackberry con sus millones de funciones que muchas de ellas ni sabemos que son… tenemos que recordarnos de los teléfonos de casa, pues fueron ellos los que nos facilitaron tanto la vida antes de la llegada de todos estos grandes avances tecnológicos. Así pues, un poquito de compasión y pensemos en ellos también cuando decoremos nuestra casa.
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