El
estilo colonial surge a partir de la fusión de dos culturas: oriente y occidente. El
estilo clásico europeo se mezcla con ricas piezas originales de Asia y Centro América que se convierten en el centro de todas las miradas.
Las claves están en el uso de maderas oscuras y macizas combinadas con tapicerías de tejidos naturales (linos, algodón), y la aplicación de molduras bordeando techos, ventanas o puertas.
Los colores deben mantenerse casi siempre en la gama de los blancos y los beige, podemos hacer alguna excepción añadiendo algún tono malva, o azul, siempre y cuando sean tonalidades suaves y casi neutras.
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