El tipo de suelo que elijas para el dormitorio de los niños tiene que ser de buena calidad, aspecto, textura y tacto, pues todos estos factores afectarán la forma en la que los niños interactúan con la habitación. También tienes que preocuparte por la posibilidad de que ciertos pisos desprendan olor o perjudiquen la calidad del aire del espacio con varias emisiones.
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La alfombra es una opción convencional para el piso del dormitorio de los niños y, de hecho, es muy común en sus habitaciones. Esto se debe en gran parte al hecho de que es suave, lo que le permite a los niños interactuar con él como si de un cómodo cojín se tratara. Otro beneficio de las alfombras en las habitaciones infantiles es el hecho de que puede actuar como amortiguador y aislante a la vez. Esto último ayudará a reducir gran parte del ruido ambiental que los niños puedan llegar a generar jugando, saltando o pisando fuerte, sobre todo cuando la habitación está ubicada en los niveles superiores del hogar.
No obstante, una de las contras de alfombrar un dormitorio para niños es que es difícil de mantener limpia, pues se mancha fácilmente y, además, retiene la humedad, por lo que los colores claros es una mala idea para tener en estos espacios. Asimismo, si ocurren derrames y no se resuelven rápidamente, también pueden terminar con problemas de moho.
El corcho es una gran opción para un dormitorio infantil, aunque también tiene sus desventajas. Este material es suave y antimicrobiano, pues repele naturalmente el crecimiento de microorganismos y moho. También repele la suciedad y el polvo, lo que hace que una habitación sea mucho más limpia y saludable. Por otra parte, es impermeable a las manchas y su mantenimiento no es más que un simple barrido.
No obstante, el corcho al ser suave puede dañarse fácilmente. Si tienes mascotas, en especial perros grandes, sus uñas pueden rayar o destruir la superficie. El borde puntiagudo de los juguetes de plástico duro para niños también puede rasgar el material.
La goma es uno de los materiales comúnmente utilizados en patios de recreo, ya que se trata de un material suave, flexible y fácil de amortiguar impactos y caídas. Además, es duradero, puede resistir rasgaduras y es muy fácil de limpiar y difícil de manchar, lo que lo hace popular para las habitaciones infantiles.
El único problema que tiene es que el adhesivo que se utiliza para fijarlo al suelo es tóxico y, por ende, perjudicaría la calidad del aire. Asimismo, es costoso y tiene un aroma característico, que puede llegar a ser molesto para algunos peques.
El vinilo es económico, resistente a las manchas y al agua, precisa poco mantenimiento y es difícil de dañar. Por tanto, es una de las mejores opciones de pisos para el dormitorio de los niños. El único problema que tiene es que no es natural y, por tanto, es malo para el medio ambiente.
Su fabricación crea toxicas que se almacenan o liberan a la atmósfera y muchos tipos de vinilos pueden soltar sustancias químicas en el aire durante días o semanas después de la instalación, lo que puede reducir la calidad del aire de la habitación del niño.