Los muebles de cuero son perfectos para combinar con piezas tradicionales o contemporáneas y añadirle un toque de masculinidad a la habitación. Afortunadamente existen muchas maneras de incorporar cuero en tu hogar, desde sofás y otomanas hasta bancos y sillas.
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Comprar muebles nuevos es toda una inversión, por lo que probablemente desees adquirir una pieza que siga gustándote en los próximos años y resista al paso del tiempo. Lo bueno del cuero es que es súper duradero y podrá resistir casi cualquier cosa que la vida le depare, a la vez que mantiene una sensación suave y un aspecto sofisticado. La piel de la vaca suele ser la más usada en la industria del cuerpo porque es flexible, suave y resistente.
A diferencia de los muebles tapizados en tela, no hay necesidad de preocuparse por los derrames cuando tienes cuero. Los muebles de cuero son fáciles de limpiar y requieren tan solo un paño con agua y detergente o jabón para platos.
No obstante, ten en cuenta que no debes exponerlos a las altas temperaturas, dado que al perder su humedad se resecan. De hecho, será necesario que apliques un poco de crema hidratante cada mes para que mantenga la humedad.
Tener una mezcla de texturas es fundamental en cualquier habitación. Para evitar que se sienta aburrida, agrega un mueble de cuero de color neutro e incorpora algunas piezas coloridas.
¿Te acuerdas del sillón reclinable de tu papá? Aunque puede que no haya sido la pieza más moderna de a habitación, sabes que era el sitio en el que todos se querían sentar.
Los muebles de cuero son como el vino, cuanto más añejos mejor. La textura no solo es duradera, sino que cuanto más tiempo pasa, mejor se siente y mejor se ve.